Los cuencos tibetanos permiten la conexión con la fuente del sonido eterno que viene de otra dimensión. Este es el principio de la creación, la esencia de la vida que armoniza y contribuye a equilibrar la salud tanto física como mental, emocional y espiritual.

El sonido de los cuencos nos pone en contacto con el aspecto sonoro de la energía cósmica. Los principios masculino y femenino de la creación se manifiestan en el cuenco y la baqueta. Esta conexión permite acceder a estados profundos de conciencia, lo cual nos lleva a comprender y modificar actitudes y sentimientos.

 

La resonancia de los cuencos es la capacidad de vibración para provocar una vibración similar en el cuerpo y sanar. La resonancia relaja y equilibra. La armonía de los cuencos conduce a la persona a la armonía, al estado natural.


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Cuencos tibetanos